En el día de ayer tuvo lugar una exploración muy especial para los navegantes de tres años del Clara Campoamor. Especial por dos razones: por lo divertida e instructiva que resultó y porque es la última de las exploraciones que marca nuestro mapa de cuantas se realizan dentro del cole. El aula elegida para tan importantísimo viaje fue la de Lengua Asturiana con una profe encantadora y divertida que hasta ahora sólo conocíamos de vista: la profe Eugenia. Si bien sabíamos cuál sería nuestro destino tras el recreo no conocíamos bien el trayecto dado que no habíamos visitado nunca tan enigmático lugar. Por ello nos encantó que Eugenia viniese personalmente a recogernos para animarnos a soltar el ancla y adentrarnos en el ancho mar. Una vez atracado nuestro barco y a las órdenes del Capitán Juanjo nos introdujimos en un mundo con una lengua un poco diferente a la nuestra pero que nos resulta muy familiar: la llingua asturiana. La profe Eugenia, haciendo gala de una enorme creatividad, había preparado para nosotros una divertida gymkana en la que nos implicamos por completo. Así comenzamos descubriendo una botellina de sidra llena de mensajes lanzada al mar del Clara cuyos remitentes serían dos personajes que nos atrajeron muchísimo: El Pataricu y la Serena. Así, uno a uno y por turnos, fuimos escuchando los mensajes de tan atractivos personajes que nos presentaban pistas para buscar imágenes por la clase. Poniendo en juego todo nuestro ingenio las fuimos descubriendo y, con ellas, debiendo acertar también algunos colores con su nombre en asturiano, aprendiendo que un ratón es un mur, un delfín en Asturias pasa a ser una tolina o que la linda mariposa recibe el nombre de caparina (vídeo1, vídeo2, vídeo3). Nuestro trabajo fue premiado por la profe con unos bonitos colgantes de Pataricu que, como nuestro nuevo amiguín, también cuentan con un solo ojito, y que no pudimos llevarnos a casa hasta hoy, tras una sesión de reparaciones por parte de la profe Naza (a veces la emoción nos supera).
Tras el regreso a nuestro puerto privado y con un nuevo timón en el Mapa de Ruta sólo podemos asegurar que no podría haber existido cierre más maravilloso para este conjunto de viajes que hemos llevado a cabo los navegantes de la clase de tres años. Aún no hemos terminado las expediciones pero ha llegado el momento de concluir aquellos viajes que se realizan en el interior del cole y Eugenia, con su dulzura y su buen hacer, nos ha dejado un sabor de boca inmejorable que nos hace desear con todas nuestras fuerzas llegar a primaria para poder asistir a sus divertidísimas clases. Con toda la gratitud del mundo a esta profe y a todos los que, de un modo u otro, hacen posible el Proyecto de Tribus Exploradoras, os mandamos el saludo más cálido del mundo. ¡A reponer fuerzas el fin de semana y de nuevo a la carga! (Fotos).